TE ESPERABA
En la universidad, ahí sentado tratando de leer con la poca luz que le
quedaba al día, jugando mis dedos con una servilleta de un pan con pollo
cuyo sabor aun me quedaba en los labios.
Te esperaba.
Mientras veía el suave y seguro balanceo de los eucaliptos en formación rígida por aquella avenida de concreto donde enamorados y palomas preferían, veía el purpura y naranja del cielo, que amenazaba el pabellón universitario, tan oscuro como un estorbo a las delicadas siluetas del cielo como si una bailarina cósmica hubiera formado las nubes a su divertido antojo.
Los arboles serenos me hablaban de un tiempo, de niños de pantalón corto con tirantes, gorras a cuadros y señoras de faldas amplias y moños por donde quepa, me hablaban de la casona de la universidad, algo ya derrumbada sostenida como abuelo en muletas, mostrando dibujos de un tiempo de holgura.
Esperaba mirando el celular la hora en que salieras, con el sudor en el rostro y graciosa sonrisa, tuviéramos esa larga conversación entre lo correcto y lo que quieres hacer, darte uno que otro consejo, un gran abrazo, una gaseosa y un sanguche solo con mayonesa, como suele gustarte.
Te veo caminar con tu pantalón de karate, salir de ahi con un breve despido y la toalla en los hombros
Te seco y cambio de pola, en eso dos amigas (mas compañeras de la u que otra cosa) me ven y con un ademan coqueto me sonríen.
Le cambio la polera sudada apurado por lo tarde que es, te seco la cabeza y con breves palmadas en el hombro nos vamos caminando rumbo a casa, por la avenida Bolognesi.
conversando...
riendo...
soñando...
Mientras veía el suave y seguro balanceo de los eucaliptos en formación rígida por aquella avenida de concreto donde enamorados y palomas preferían, veía el purpura y naranja del cielo, que amenazaba el pabellón universitario, tan oscuro como un estorbo a las delicadas siluetas del cielo como si una bailarina cósmica hubiera formado las nubes a su divertido antojo.
Los arboles serenos me hablaban de un tiempo, de niños de pantalón corto con tirantes, gorras a cuadros y señoras de faldas amplias y moños por donde quepa, me hablaban de la casona de la universidad, algo ya derrumbada sostenida como abuelo en muletas, mostrando dibujos de un tiempo de holgura.
Esperaba mirando el celular la hora en que salieras, con el sudor en el rostro y graciosa sonrisa, tuviéramos esa larga conversación entre lo correcto y lo que quieres hacer, darte uno que otro consejo, un gran abrazo, una gaseosa y un sanguche solo con mayonesa, como suele gustarte.
Te veo caminar con tu pantalón de karate, salir de ahi con un breve despido y la toalla en los hombros
Te seco y cambio de pola, en eso dos amigas (mas compañeras de la u que otra cosa) me ven y con un ademan coqueto me sonríen.
Le cambio la polera sudada apurado por lo tarde que es, te seco la cabeza y con breves palmadas en el hombro nos vamos caminando rumbo a casa, por la avenida Bolognesi.
conversando...
riendo...
soñando...
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